Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.
Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA
(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro
Comentario
Capítulo 23
Trata en este capítulo de como este rrey Monteçuma de Mexico Tenuchtitlan començó a fundar el templo de Huitzilopochtli y la guerra que hizo a los de Chalco para abasallarlos a Mexico Tenuchtitlam
Pasados algunos años, dixo el rrey Monteçuma a Çihuacoatl Tlacaeleltzin, general y oydor: "Parésçeme que a muchos días que estamos muy uçiosos; [25r] que començemos y labremos el templo y casa de tetzahuitl (abusión) Huitzilopochtli. Y para esto quisiera fueran mensajeros a los pueblos y señores a darles abiso de ello para que, tendido nro mando, pusiesen luego en obra esta labor y obras de esta casa. Y a esto yrán primero nros mensajeros por estilo y orden a los señores de Azcapuçalco y al de Cuyuacan y luego a Culhuacan y luego a los señores de Suchimilco y de allí a Cuitlahuac y Mizquic y luego a la postre al señor de tepanecas Neçahualcoyotl". Tomó la mano de este mando Çihuacoatl Tlacaeleltzin, dixole: "Señor nro, mi paresçer y boluntad no es ni a de ser de esa manera, que los mensajeros, con el cansançio, una parte explicarán bien uro rreal mando y en otras partes no, con el cansançio, y es diminuir nra onrra y fama y buestro gran señorío. Y para esto biarlos a llamar a todos un día señallado, para que de nosotros propios lo oygan. Y así con esto será lo mexor, a mi tender". A esto rrespondió Monteçuma que era muy bien hecho de la manera dha y que de la otra manera yba todo borrado, "porque es berdad que soy señor, pero no lo puedo yo todo mandar, tan señor soys bos, Çihuacoatl, como yo y ambos emos de rregir y gouernar esta rrepública mexicana". Y ansí, luego fueron los mensajeros a los pueblos y a los señores de ellos los rrigen y gobiernan a llamarlos, los quales fueron Tezcacoacatl y Huitznahuatl y Huecamecatl y Mexicatl Teuctli, y estos fueron. Y primeramente fueron a Azcapuçalco al rrey Acolnahuacatl Tzacualcatl y, oydo su baxada del rrey Monteçuma, luego se puso en camino. Y dende allí ban a Cuyuacan y luego se partió el biexo rrey Ytztlolinqui. Y de allí fueron a Culhuacan y luego bino en persona Xilomantzin. Y de allí fueron al pueblo de Suchimilco y, hecha su baxada, luego partieron los dos señores de allí, llamados Tepanquizqui y Quequecholtzin. Y de allí binieron los mensajeros a Cuitlahuac y luego asimismo se partió luego el señor de ellos Tzompanteuctli y Yochitlolinqui. Y de allí binieron a Mizquic y, oyda la baxada, luego partió Quetzaltototl. Y de allí partieron los mensajeros y fueron a Culhuacan y, oyido el mandato, se partió luego, según los demás, Neçahualcoyotzin. Y llegados todos los señores de los dhos pueblos en el palaçio del rrey Monteçuma y sentados cada señor según su meresçimiento y balor de sus personas, dixéronles los dos, el rrey Monteçuma y su presidente, capitán general, Çiahuacoatl Tlacaeleltzin: "Señores, aquí soys benidos y ayuntados para que tendáis y hagáis y pongáis luego en efecto y execuçión. Bosotros todos, señores, soys ya hijos adotiuos de tetzahuitl (abusión) Huitzilopochtli. Estáis rresçibidos en su graçia y amparo, que ya en sus haldas y seno os tiene puestos a todos y mirará de oy en adelante por bosotros como a berdaderos hijos queridos, rregalados, como a los demás. Y es nesçesario que un dios tan baleroso y fauoresçedor de sus hijos le hagamos su templo y casa nombrado todo el mundo, conforme y grandeza de su alto balor su casa y morada, alta y grande, muy abundante de lo que más le pertenesçe de sacrifiçios, que adelante sabréis. [25v] Esto es lo que, señores, abéis tendido, luego lleguéis a buestras tierras y casas hagáis llamamis en todas partes de buestras juridiçiones a todos uros basallos". A esto tomó la mano por todos los otros demás prençipales señores, dixo Neçahualcoyotzin de Tezcuco: "Señor y nro rrey Monteçuma, hijo, nieto nro tan amado, querido y temido y a bos señor Çihuacoatl Tlacaeleltzin y todos los demás prençipales mexicanos que aquí están todos ayuntados, rresçibimos singular contento y alegría de lo que se nos manda y es bien y es líçito que tan buen señor y tan gran dios como es el tetzahuitl Huitzilopuchtli, que nos tiene abrigados con su fauor y amparo, que estamos debaxo dél como rresçibiendo alegría a su sombra, como árbol grande de çeiba (puchotl) o çiprés amcho (ahuehuetl), abiéndonos rresçibido su graçia y fauor, es bien se haga lo que nos dezís, pues estamos uçiosos, y para esto nos emos de ocupar. Pero sepamos, señores, qué es menester para ello". Dixo Tlacaeleltzin Çihuacotl: "Señores, materiales piedra pesada y libiana (tlacuahuactetl y teçomtle) y cal". Rrespondieron heran muy contentos de lo hazer luego y maesos lo hagan y así, se despidieron todos.E otro día siguiente llamó Monteçuma a Çihuacoatl Tlacaeleltzin, dixo: "Parésçeme que será bien bayan mexicanos baxadores a los prençipales de Chalco para que asimismo nos den y ayuden con piedra pesada para la labor y obra del tetzahuitl Huitzilopuchtli. Y será, me paresçe, con alagos y no con fieros, para beer si nos obedeçen. Y si obedeçieren serán nros amigos y si no, determínese luego como a los demás pueblos se a hecho guerra, para de fuerça bengan a hazerlo. Y para ello escoxed los prençipales mexicanos que más pláticos fueren para ello". Y luego Çihuacoatl llamó a quatro prençipales, el uno llamado Tezcacoacatl y Huitznahuatl y Huecamecatl y Mexicatl teuctli, díxoles: "Hijos y señores mexicanos, yd con baxada a los a los prençipales de Chalco, en rrazón y con mucho encaresçim, criança, humildad, nos quieran fauoresçer con darnos de merçed una poca de piedra pesada pa la obra y casa de nro gran dios tetzahuitl Huitzilopochtli, que se lo bían a rrogar los señor el rrey Monteçuma y Çihuacoatl Tlacaheleltzin, los que están y rresiden en esta rrepública, dentro y en medio de cañauerales y tulares. Y ternéis grande atençióm a la rrespuesta de ellos para que después se tienda sobre lo que conba a ello". Do esto, se partieron los mensajeros para los prençipales de Chalco. Llegados los mensajeros a las casas de los señores de Chalco, Quateotl y Tonteoçiuhteuctli, que los faboresçiesen para la edificaçión de su templo una poca de piedra pesada y teçontle liuina. Y con esto y aberlo los mexicanos baxadores explicado con umildad a ellos, luego rrespondieron con grande enoxo y soberuia, dixeron: "¿Qué dezís bosotros, mexicanos, y que demos la piedra que piden? ¿Quién la a de? [26r] Y es berdad que somos prençipales y señores. ¿Amoslo nosotros de lleuar el trabaxo? ¿No a de ser de los maçehuales? Y para esto, mexicanos, bolueos otra bes, que se tratará y comunicará con todos los prençipales de Chalco de los tigueres y leones, águilas nonbrados, mandones y capitanes, y bolueréis por la rrespuesta". Y dixéronles los dos al rrey Monteçuma y Tlailotlac Çihuacoatl Tlacaeleltzin: "Sea norabuena. Descansad del trauaxo y camino".Dixo Monteçuma a Çihuacoatl Tlacaeleltzin: "¿Qué os paresçe de esta rrespuesta de los chalcas? ¿Yrán otra bez o no a traer çertificaçión de lo que dizen açerca de esto?" Rrespondió Çihuacoatl, dixo: "Señor, ¿qué dezís? ¿Pues no abían de boluer? Bueluan otra bez. Por esta manera, si allá no bueluen dirán estauan burlando de biar la tal demanda, pu pues no an buelto por rrespuesta. Y así, es menester luego mañana bueluan los propios mensajeros con nra demanda, porque después no tengan ni pongan escusa alguna". Dixo Monteçuma: "Pues ansí lo queréis, hágase lo que mandáis y bueluan los mesmos mensajeros allá y no otros, y tornen de nuebo a nra demanda primera".